miércoles, 8 de marzo de 2017

nada más amado

lo imposible
el camino sellado con siete fuegos
carbonizado el atrás, el afuera el ayer del que me expulsé yo misma. el más allá, ahora

yo misma, lo que yo misma me hice a mí solita

y dónde me dejé
pobre almita consolándose sola
pobre brasa apagándose sola después de boicotear el incendio

Buscando las palabras, pidiéndoles perdón
las únicas que me ayudan a ver
a descifrar
a recordar
y tanto las traiciono, una y otra vez,
y vuelvo a ellas siempre, siempre, sin ellas mis amigas, mis amantes qué haría yo
perder toda noción de nombres, quedar a la deriva entre vacíos
entre olvidos que a la vez mi cuerpo adolorido anhela

qué haría, qué haría yo sin ellas
ese sonido de motor no significaría nada
mis dedos sobre un teclado no tendrían sentido
quizá hasta aspirar y expirar no serían un acto automático

El tiempo detenido no tendría ninguna fuerza de inercia, ningún porque sí
podría perfectamente detenerme
y sangrar solamente sola
sangrar solísima
hasta no más
que dejar
todo lo
que
quise
atrás

Pero algo pasa que no, que hay que seguir
no echar la piel al fuego
seguir buscando, seguir en automático
paradójicamente respirando de lo muerto
esperando que lo vivo sea más que una imagen,
asumiendo que se sabe
asumiendo que algo viene a mí
sin victimizarme
calladita, así poco a poco levantándome
escuchando como quisiera ser escuchada
dando el amor en la mirada que yo misma no sé recibir
siguiendo adelante, tal vez ciega, tal vez egoísta, pero adelante
un ratito no más,
hasta que la arena deje en paz mi cuerpo
hasta agarrar nuevamente el hilo
y seguir
sé que allá afuera está la vida,
pero no lo veo
me
voy
(dic `14)

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