miércoles, 9 de diciembre de 2009

Tiempo

Es media hora después de la mitad de la noche. La pantalla no refleja mi rostro. Miro a la ventana, que da a la oscuridad. Me mira mi reflejo, y no puedo sonreirle .
Me acompaña una canción suave, perfecta, en acordeón, sigo escribiendo.
Vuelvo a mirar por la ventana, no me interesa el patio, no me interesa el día. Veo mi cara. Y no puedo sonreir. Es una noche fresca, hay planes para mañana.


Entonces, ¿por qué no sale la sonrisa?

Quizás porque la canción no es sólo un conjunto de notas. Quizás porque la pantalla no tiene sólo información, porque la palabra "noche" cada noche renace y significa otra cosa. Seguramente, porque en este momento los motivos para sonreír se quedaron afuera, con los mosquitos, con la noche, conmigo.

10/12/09

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