lunes, 30 de marzo de 2009

Vou plantar minha terra

Ya está llegando el frío, hace dos días comenzó el otoño. En las impresionantes (por lo grandes, por lo viejas) construcciones del ex matadero municipal, hay tres alas. En la de la izquierda será la proyección de hoy: Vou plantar minha terra, entre las mejores películas seleccionadas por la CLACSO, parte del ciclo de cine de esta semana. El tema general del concurso fue “Experiencias de autoorganización y lucha”. Por estos lados de la tierra no falta esa fuerza, y por ello no se repiten los temas, los lugares, ni los títulos de lo que se presentará. Encontramos documentales desde Argentina, Bolivia, Chile, Brasil, voces de los lugares que le pisaron la garra a los intentos criminales de hacer de los sueños mercancía.

En la sala, alta y profunda, aunque angosta, hay sillas plásticas verdes en dos bloques y una alfombra gris que en pleno centro tiene la mesa con el proyector y el dvd. La proyección comienza tarde porque no hay demasiada gente. Un hombre de bigote y pelo café presenta la película y avisa que –es brasilera- no tiene subtítulos en español. Sólo en portugués y en inglés. ¿Cuáles preferimos?

Comienza. Subtítulos en inglés. Imágenes de anónimos recortadas sobre un titular de periódico: “los dueños de la tierra son ellos” y una música lenta, repetitiva, casi ritual.

Así entramos al momento preciso de una reunión previa a una toma de tierras. “Si yo tuviera tierra, la amaría. Viviría en ella, dormiría en ella, comería en ella”. Los otros, los que tienen los papeles oficiales, viven en otro lado.

….

El campamento fue quemado. Ellos esperan, allá. Y la función queda inconclusa, acá. Se apaga el reflector pero no se apaga el resplandor de verdad. No por que su imagen se borre de la pared blanca están ellos desapareciendo. Siguen allá, bien cerca, caminando. Ocupando, resistiendo, produciendo.

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