Jorge Navarro
Fue tan valiente como para morir de tristeza
hablaba en las asambleas
y una vez hizo un periódico
tenía un acordeón
pero sabía que hay deber de cantar
y otro de morir
murió con los pies engusanados
por el lodo de bocayito
pero resucitó
el mismo día
y por todos los lados
Leonel Rugama
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